Los informes sobre los casos de corrupción y fraudes en las grandes empresas, tanto nacionales como internacionales, han ganado destaque en los medios de comunicación en los últimos años. Dicha exposición negativa daña la reputación de las empresas y sus empleados, causando pérdidas económicas y la promoción de la competencia desleal.

Tales consecuencias pueden reducirse si los empleados, clientes, proveedores y la comunidad en general tienen como comunicaren las empresas de la ocurrencia de actividades ilícitas.

Marcopolo, respectando la cultura de transparencia en sus negocios, tiene desde el 2005 un Código de Conducta que guía a las diversas situaciones de rutina y la disciplina de las relaciones comerciales entre todos los que interactúan con la empresa. Revisado periódicamente, el Código de Conducta también se adapta a las leyes vigentes en Brasil. Complementando em Código de Conducta, Marcopolo creó la Política Global de Integridad, que reune las directrizes relacionadas con el Programa de Compliance de la empresa en atención a la legislación anticorrupción brasileña, ley 12.846/13.

Visando fortalecer aún más las relaciones éticas y transparentes, Marcopolo coloca un canal de denuncias a disposición de sus diversos públicos para que se envíen informaciones sobre posibles violaciones a las leyes, especialmente en lo que se refiere a desviación de recursos, corrupción y otras conductas consideradas contrarias a lo establecido por el Código de Conducta y la Política Global de Integridad de la Marcopolo. Dicho canal es administrado de forma independiente, lo que garantiza la conducción de la información de forma imparcial y confidencial.